martes, 7 de julio de 2009

Reseña: Automaton Transfusion


A estas alturas queda muy claro que el subgénero zombie es un fecundo campo de cultivo para recurrentes proyectos de serie B y también para la serie Z más prolifero.
Las películas independientes que tienen a los zombies devoradores de carne humana como principal reclamo nos llegan, año tras año, por docenas. La razón que explicaría este fenómeno parece obvia: cualquier realizador que cuente con un mínimo presupuesto (que incluso puede ser minúsculo), un maquillador de confianza (que consiga crear unos zombies más o menos decentes), y un grupo de amigos dispuestos a pasar un buen rato paseándose torpemente por los lugares más comunes en busca de carne fresca, se ve capacitado –sin demasiados reparos- para dirigir su particular odisea zombie.

Ni siquiera es imprescindible contar con un guión (y no digamos con un buen guión...). Ha llegado un punto en que aceptamos, de forma prácticamente incuestionable y patetica, cualquier estúpido experimento genético del ejército USA, o cualquier pandemia vírica de alcance mundial, que justifique el temible holocausto zombie.

Si a esto le añadimos que el género zombie cuenta con una fiel grupo de seguidores repartidos a lo alto y ancho del mundo que reclaman, sin demasiados escrúpulos, cualquier subproducto que tenga a sus adorados muertos vivientes como principales protagonistas haciendo dios sabe que, el panorama da la impresión de que no va a variar demasiado: seguiremos disfrutando/aborreciendo la consabida ración anual de películas independientes sobre zombies.


Bajo esta premisa deberíamos diferenciar entre aquellos productos que intentan aportar (desde sus limitaciones presupuestarias) una visión innovadora, fresca o simplemente efectiva y entretenida del subgénero, de aquellos otros que se limitan a explotar, con una acuciante falta de talento, originalidad y también insulto descarado, los lugares y situaciones comunes del mismo.
O en otras palabras: resaltar las cualidades de entretenidísimas películas como “Dance of the Dead” por encima de productos absolutamente prescindibles y alimenticios como “Zombie Diaries” o “Zombie Strippers”. ¿A qué grupo pertenece “Automation Transfusion”? Depende... Su propuesta es tan radical que difícilmente pondrá de acuerdo a un gran número de aficionados.

Los diez primeros minutos de “Automation Transfusion” lograron confundir por completo. Steven C. Miller, director y guionista debutante, encuadra la acción en un típico high school norteamericano al que no le falta, ni tan siquiera, el romance entre el chico inadaptado y la popular cheerleader, lo mas típico y común que se pueda encontrar hoy en día.

Desde este punto me dije…no otra de esas películas que salen cada 3meces y son de tipo juvenil comedia y sangre.

Y me alegro de haberme equivocado…Todo lo que argumentalmente acontece en “Automation Transfusion”, absolutamente todo (personajes, ambiente high school, disputas entre bandas, romance...) es una mera excusa para dar paso a la verdadera naturaleza de la película: una Adrenalítica, Brutal, Explicita y Asfixiante orgía de sangre y vísceras servida con una fuerza y contundencia nada habitual en una película de estas características.

Miller parece tener las cosas muy claras. Su propuesta pasa por una búsqueda incansable del impacto más básico, más directo, sobre el espectador. Por una saturación de los sentidos. En definitiva, por una utilización radical del gore más salvaje y desquiciado como único elemento relevante y definitorio de todo lo que sucede ante nuestros ojos. Los personajes son planos, algunas situaciones son realmente estupidas!! (¿alguien puede creer en su sano juicio que tres chicos envueltos en un Apocalipsis Zombie decidan volver a su escuela –repleta de muertos vivientes- para ayudar a posibles supervivientes? Primera vez que lo veo y realmente quede marcando ocupado.), los diálogos inexistentes y el devenir de la trama carece por completo de interés .

(¿A quién le importa lo que finalmente ocurra con esos tres chicos?).

Por lo tanto, ¿qué nos queda esperar? Pues lo dicho: gore, gore, gore...Pero no un gore autoparódico, o terriblemente excesivo y exagerado –hasta provocar la media sonrisa en el espectador-, tan propio de multitud de series Z que también tienen en la casquería pura y dura su punta de lanza. “Automation Transfusion” se toma muy en serio a sí misma. La multitud de escenas gore que nos ofrece siempre son dolorosas, sucias, difíciles de digerir. No hay absolutamente nada que consiga paliar su fuerza, su intensidad. No hay respiro. No hay descanso.

El director mueve con nerviosismo su cámara para ser testigo de los ataques zombies más irracionales, virulentos y brutales de los últimos tiempos.Por supuesto la propuesta no es apta para todos los paladares. No todo el mundo acepta una propuesta en la que el gore extremo y repulsivo es el principal.
Pero está claro que los amantes de las intensas emociones que ofrece el género no se sentirán defraudados.

Lo mejor: Cuando hacen acto de presencia los Zombies y hacen de las suyas. Y mas de una hora llena de sangre.
Lo peor: no tiene una trama o guión decente.

Nota: 82
* A todo esto habra que esperar la segunda parte que se estrenada a finales de este 2009.

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