sábado, 16 de enero de 2010

Como ir de Repente a Kagar

Con un mapa la mejor ruta para ir de Repente a Kagar queda aclarada de ser muy compleja
XD

Reseña: Paranormal Activity


Todo el mundo está al corriente del argumento: Micah compra una cámara de video para grabar los sucesos paranormales que tienen lugar en su casa, donde vive con Katie, su novia y, aparentemente, el origen de dichos fenómenos. Lo que sigue, por tanto, es una recopilación de las grabaciones de la pareja, tanto de día como de noche.

Paranormal Activity, primer largometraje de Oren Peli, es una de esas películas que llegan a nuestras pantallas con un exceso de información: lo barata que ha sido, el miedo que da, lo que ha fascinado a personajes como Steven Spielberg… Y, también es cierto, parece que no se puede hablar de ella sin mencionar la película “casera” por excelencia, El Proyecto de la Bruja de Blair.

Ambas películas se estructuran de formas similares: una clara diferencia entre el día y la noche. Durante el día, Micah y Katie hablan de sus fenómenos extraños con una cotidianeidad que deja perplejo y resulta desmitificadora a partes iguales, mientras que los excursionistas incautos que se introducían en el bosque de Maryland eran víctimas de sus nervios y la tensión que acumulaban por los acontecimientos nocturnos. Por la noche, en ambas cintas, tiene lugar el terror.

Aquí acaban las semejanzas entre las dos. Como documental, como testimonio real de los últimos días de vida de un grupo de personas, El Proyecto de la Bruja de Blair era mucho más eficaz aunque, para conseguirlo, se olvidase durante gran parte del metraje de que tenía una historia que contar, centrándose en el conflicto de la convivencia. Paranormal Activity es una película mucho más construida. Puede que Oren Peli haya pregonado a los cuatro vientos que los actores eran nóveles y que las escenas no estaba escritas y se improvisaban sobre la marcha, pero lo cierto es que, lo que como espectador se recibe, es un relato perfectamente estructurado, con una precisión de cirujano, en el que cada suceso es consecuencia del anterior, en una progresión siempre en aumento.* Esto es especialmente significativo en las escenas nocturnas: los ataques del “ente demoniaco” siempre suben en intensidad y, si alguno es un poco más leve que el anterior, es para des prevenirte y pillarte con las defensas bajas.

Especialmente interesante me parece lo que hace con dos elementos tan típicos de películas sobrenaturales como son la figura del medium y la tabla ouija. El primero no sirve absolutamente para nada, a efectos prácticos. En la película, su primera visita está justificada –y con esto no desvelo nada- para que conozcamos cómo Katie lleva siendo “asediada” por un espíritu desde que era una niña, y la siguiente… bueno, es un poco ridícula (estúpida), sí, pero divertida si se piensa lo que significa: se supone que estamos ante una película de fantasmas realista, por lo que el medium es, a su vez, una persona más… que se acobarda y se larga. Queda un poco mal en el conjunto, pero es un detalle simpático. Lo de la tabla ouija me parece más complicado, y está resuelto con mucha mayor brillantez, desde mi punto de vista. En el momento en que Micah aparece en la casa con ese instrumento –o juego, o lo que sea-, nos tememos lo peor: sesión explicativa de los motivos del espíritu y susto para cerrar la escena. Por suerte, hay un guión –aunque no estuviera totalmente escrito- que ha sembrado ya que Katie no es partidaria de utilizar ese método, por lo que ella y Micah se enfrascan en una discusión y dejan la tabla sola en el salón, delante de la cámara… Lo que sucede es sencillo y eficaz, y zanja el asunto de un modo bastante elegante.


¿Da miedo Paranormal Activity? Yo diría que sí, a pesar de no sufrir mucho cuanto la veía. Con una meticulosidad terrible, Oren Peli parece haber ido escribiendo en una libretita todos los terrores nocturnos que le asediaban desde pequeño cuando se metía en la cama, los ha graduado en intensidad de menor a mayor, y los ha dosificado en las noches que refleja la película. Así, es más lo simbólico de las imágenes, lo reconocible de la aparición brusca de una mano de debajo de la cama, por ejemplo –algo que no sucede en la película- que las imágenes en sí. De hecho, a mí me parece una prueba de que en algo acierta. Paranormal Activity el poso que deja. Puede que no fuera terrorífica el verla, pero al estar en mi casa estaba especialmente susceptible a los ruidos.

El tramo final es, probablemente, el más discutido de la película. Y, quizás, sí que sea lo más discutible de todo. Conforme se acerca el desenlace, Paranormal Activity quebranta dos leyes que ella misma se ha impuesto, por lo que puede considerarse una traición a su propio espíritu.

Primero, hay un momento en que el personaje de Katie dice una frase tranquilizadora en un momento nada relajado. De pronto, se evidencia la construcción, la narrativa cuando, hasta ese momento, ha estado la mar de bien camuflada debajo de la apariencia de “documental”. Nos pone, como espectadores, sobreaviso.

Segundo, el mismísimo final. A mí, personalmente, me encantó: a esas alturas de la película, estaba entregado a lo que estaba viendo, y no me importó para nada, pero lo cierto es que lo que hace para cerrar Paranormal Activity es algo que ha estado evitando todo el tiempo, convirtiéndolo, por tanto, en un rasgo de estilo que se salta a la torera en los últimos minutos. La estrategia utilizada es, en cierta manera, la misma que se emplea en el final de The Ring/Ringu (Hideo Nakata, 1988). Resulta tan escalofriante la salida de Sadako de la televisión porque, hasta ese entonces, hemos visto una película barata, sin apenas efectos especiales. Cuando en el último video, Sadako sale del pozo y comienza a acercarse a la cámara, nos autoconvencemos de que es imposible que salga de la tele porque no es ese tipo de película. Y, por tanto, cuando sale, no damos crédito y nuestros ojos se desorbitan. Aunque hay que advertir que nunca veremos cómo es físicamente el espíritu que asedia a Micah y Katie ni nada por el estilo, el final de Paranormal Activity funciona en el mismo sentido que el de The Ring/Ringu.

Lo Mejor: La tensión: si se reflejara en un gráfico, sería una línea recta ascendente de 90 grados. y es mucho mejor que algunas peliculas echas con un gran presupuesto.

Lo Peor: El exceso de información: te han prometido que da tanto miedo que es imposible que, cuando la ves, te dé todo ese miedo.

Nota: 76/100

Reseña: Poontypool



Palabras, palabras, palabras… teléfono, armario, tienda, salón, especie, sal, libro, pulsera, palis, hoja, … ¿alguna de estas palabras será la escogida?

A través de la palabra podemos expresar nuestro estado de ánimo. Nuestros sentimientos hacia otra persona. A través de la palabra podemos transmitir una buena noticia, prestar apoyo, dar ánimos, revelar una verdad… Pero a través de la palabra también podemos mentir, humillar, herir, provocar la ira y el odio de quiénes nos escuchan, incitar a la revolución, a las armas… matar.


Nuestras palabras suelen ser en algunos casos un fiel reflejo de quiénes somos y de cómo somos.Por todo ello deberíamos ser responsables de nuestras propias palabras, pero… ¿lo somos realmente?

¿Qué ocurriría si en plena era de la información (de la sobre-información), cuando nuestros oídos parecen condenados (y acostumbrados) a escuchar cualquier tipo de argumento, venga de donde venga, y por más banal o simplemente estúpido que éste resulte; de pronto esas mismas palabras de las que nos hablaban se revolvieran furiosamente en nuestra contra y fueran las causantes de nuestra aniquilación?


Un panorama parecido a este es el que dibuja el canadiense Bruce McDonald en su película de bajísimo presupuesto Pontypool, basada en la novela de Tony Burguess “Pontypool changes everything”.

Durante una fría noche de invierno el experimentado locutor de radio Grant Mazzy (excepcional interpretación de Stephen McHattie) se dispone a iniciar su programa en la emisora local de Pontypool. Pronto le llegarán noticias del exterior que hablan de un extraño virus que está afectando al comportamiento de los habitantes de la pequeña localidad canadiense.

Soy uno de los cuantos mas que existen en reclamarle al cine de terror un plus de originalidad. Historias novedosas que no hayamos experimentado con anterioridad. O quizás las mismas historias de siempre pero contadas desde un punto de vista insólito, atrevido, distinto, poco común.

Pontypool recoge el testigo y nos cuenta una típica y apocalíptica historia de infecciones desde una perspectiva tremendamente novedosa. Bruce McDonald huye de todo cuánto pueda resultar explícito u obvio y construye, de manera espléndida durante los primeros cuarenta minutos de película, una auténtica pesadilla que va tomando forma únicamente a través de la palabra. La profunda voz de Grant Mazzy, un experimentado locutor que ha acabado sus días en una pequeña emisora local, nos va ofreciendo, poco a poco, las piezas necesarias para construir un terrible puzzle cuyo resultado final pondrá nuevamente en jaque a la raza humana.

La información que llega del exterior de la emisora es escasa y confusa. Averiguar lo que está ocurriendo no es sencillo. Tan sólo tenemos las palabras de Mazzy, a través de su propia versión de los hechos y de las entrevistas que van entrando en antena, para hacernos a la idea de lo que está sucediendo.El punto de partida de Pontypool es espléndido. Y también resulta meritoria la manera en que Bruce McDonald desarrolla dicho punto de partida. Todas las secuencias en las que el locutor de radio establece contacto con el reportero exterior de la emisora, que se encuentra fatídicamente en el lugar de los hechos, disfrutan de una increíble intensidad y energía.

Es sorprendente comprobar cómo aquel es capaz de dirigir toda nuestra atención en los sucesos que se van desgranando en la película cuando, en realidad, lo único que estamos viendo en la pantalla es a un viejo y cansado cowboy sentado frente a un micrófono de radio. Crear un contexto de tensión y terror recurriendo, únicamente, a la palabra (y por supuesto a nuestra capacidad, como espectadores, de imaginar lo que posiblemente se esconda tras cada una de esas palabras). No hay sangre, apenas hay violencia explícita (a excepción de una pobre infectada dándose de cabezazos contra un cristal), ni siquiera acción –en el sentido más físico del término- y sin embargo asistimos a un verdadero escenario pre-apocalíptico que nos preocupa y nos mantiene alertas.

Cómo ya he dicho antes, el mérito es enorme. Y el riesgo asumido por parte de Bruce McDonald también lo es. Pontypool está muy lejos de ser una película fácil.Para muchos, un novedoso y fascinante punto de vista hacia el género de los infectados y/o zombis. Pero estoy convencido que para muchos otros no será más que una propuesta pretenciosa, vacía, agotadora y tremendamente aburrida. La línea que separa una percepción de otra, en esta ocasión, me parece que es muy fina.

Y es que Pontypool, pese a que su servidor la disfrutó como un magnífico ejercicio de suspense y tensión que logró captar, desde su mismo inicio (con el surrealista diálogo en off que inaugura la película), toda mi atención.

Hay un par de detalles importantes que juegan decididamente en su contra. El primero de ellos es la forzadísima aparición de un personaje (el doctor) cuya única misión parece ser la de dar el máximo de explicaciones (muchas de ellas reiterativas y superfluas) en el mínimo espacio de tiempo. No era necesario. Da la impresión de que a Bruce McDonald, en un momento dado, le asaltaran las dudas de si el espectador sería capaz de comprender todo lo que estaba sucediendo en Pontypool, y decidiera, finalmente, introducir al mencionado personaje para intentar dejar las cosas más claras. Repito, no era necesario.

El segundo defecto hace referencia al exceso de equipaje en el tercio final de la película. Está claro que los diálogos, lejos de ser un recurso más o de dar simplemente apoyo a las imágenes que les acompañan, son la base sobre la que se fundamenta una película como Pontypool. Nada que objetar al respecto. Es la carta a la que juega Bruce McDonald y su apuesta le sale realmente bien durante la mayor parte del tiempo. Pero también es cierto que en ocasiones, y debido al exceso de diálogo, crece la sensación de que uno no sabe muy bien hacia dónde se dirige Pontypool. Los protagonistas llegan a conclusiones sobre el mal que les afecta por caminos, en ocasiones, difíciles de comprender, confusos. Son instantes en los que resulta fácil perderse ante la marea de explicaciones, teorías, suposiciones, etcétera que, supuestamente, dan respuesta a todo lo sucedido con anterioridad en el film.


Pese a todo, Pontypool es una magnífica película. Una propuesta formalmente simple que hace del diálogo y la palabra su principal fuerza y una de las miradas más originales y arriesgadas de los últimos tiempos al agitado género de los infectados/zombis. Pero eso sí, ser consientes de que no es una película fácil y que, sin duda alguna, no les gustará a todo el mundo.

Lo Mejor: Sin duda su originalidad y la capacidad de crear tensión a través de la palabra.

Lo Peor: Algún personaje que irrumpe en la trama de manera muy forzada.

Nota: 97/100

Reseña: Autopsy


Una película pequeña y sencilla pero terriblemente entretenida. Serie B en estado puro.
"Autopsy", el debut tras las cámaras del guionista Adam Gierasch (autor de los guiones de "La Terza Madre" o "Toolbox Murders", entre otros; y actualmente dirigiendo el remake de "Night of the Demons"), es un magnífico ejemplo de película que requiere la implicación directa del espectador para poder funcionar.

¿Quién demonios, en su sano juicio, permanecería más de cinco minutos en el Hospital al que van a parar los protagonistas de Autopsy? ¿qué clase de estúpido acepta drogas de un enfermero que va tatuado hasta el cuello sin que se le informe de qué se está tomando realmente?

(ummm… quizás no haya sido el ejemplo más acertado de situación inverosímil no creen?)

¿Cómo puede uno de los protagonistas mantenerse en pie después de que haya sido perforada una parte vital de su cuerpo?

Estos son sólo algunos ejemplos de lo que nos depara el guión de "Autopsy", una historia clásica de mad-doctor salpicada de enfermizos (y, en ocasiones, sorprendentes y entretenidísimos) momentos gore, violencia irracional y sin sentido, y unas gotas de humor malsano que nos avisan de que nada de lo que acontece en "Autopsy" debe ser tomado demasiado en serio.
Aquellos quienes no estéis dispuestos a aceptar este tipo de situaciones (por supuesto están en su derecho a no hacerlo) es posible que acabéis renegando de una película como "Autopsy". Para el resto –entre los que me encuentro- "Autopsy" nos ofrece una provocativa y juguetona muestra de serie B que encuentra en la violencia, la casquería, y un humor previsible como efectivo, sus principales ¿y únicos? argumentos.

Su historia es de una simpleza desarmante, y sus agujeros en el guión son del tamaño de un cráter lunar.Tras una noche de excesos en el Mardy Grass de Nueva Orleans, cinco amigos sufren un accidente y empotran su automóvil en un árbol (sorpresa incluída). De la nada surge una ambulancia que les traslada al Mercy Hospital, cuyo interior semivacío responde, por lo visto, a una reestructuración de presupuesto debido al desastre del Katrina –sic-. Parece ser que en el Mercy Hospital sólo ejerce sus funciones el Dr. Benway, cuyos retorcidos fines (de los que no daré más detalles) pondrán en peligro la vida de los cinco amigos.
Toda la acción de "Autopsy" sucede en el interior del Hospital, con los cinco amigos acudiendo a sus citas con el Dr. Benway por separado.

Por supuesto la variedad de experimentos y tratamientos terapeúticos que el buen doctor, y sus secuaces, les tienen reservados a cada uno de ellos, constituye el plato fuerte de la función.

Como pueden ver no hay nada destacable u original en la rutinaria historia que se nos plantea. Tampoco desde un punto de vista técnico "Autopsy" nos ofrece nada que no se corresponda, estrictamente, a su militancia a la serie B terrorífica: una puesta en escena funcional, un aspecto visual correcto, y unos efectos especiales y de maquillaje que transitan de lo desmesurado (y por ello divertidos) a lo inadmisible (esa explosión…).
Sin embargo, "Autopsy" tiene una cualidad que, a la postre, determina su potencial como respetable producto de entretenimiento: su honestidad.La película de Adam Gierash destaca por ofrecer, exactamente, todo lo que se espera de ella: una trama tan sencilla que, finalmente, acaba atrapándote, varias escenas gore realmente imaginativas y regocijantes (a destacar la desesperada situación en la que se encuentra uno de los protagonistas en el desenlace de la película, rodeado de… en fin, creo que nunca había visto nada igual) ( o kisas si) , y un humor negro; elementos que, todos ellos, nos ayudas a comprender que "Autopsy" está concebida con el único propósito de lograr que pasemos un rato divertido… y finalmente lo consigue.

"Autopsy" no es una película que vaya a dejar huella en nuestra memoria, pero tampoco aspira a ello. El suyo es un impacto mucho más inmediato: noventa minutos de auténtico cine de terror de bajo presupuesto que transcurren sin dejar el mínimo espacio al aburrimiento. No es una gran película… ni falta que le hace.

Lo Mejor: Disfrutar, sin complejos, del gore, el humor, y también de las imperfecciones de una serie B modesta pero terriblemente entretenida.

Lo Peor: Los pacientes del Hospital, muy bien caracterizados, pero a los que se les saca muy poco provecho.

Nota: 70/100

Reseña: Eden Lake

James Watkins, director inglés del que se conoce poco más que su esperado guión para la secuela de Descent, es el responsable de una de las óperas primas más contudentes e impactantes que logro recordar.

Watkins demuestra ser un tipo listo, y para dar forma a su excelente carta de presentación como director adscrito al género, decide cruzar el canal de la mancha (vía Eurotúnel) y aferrarse a la nueva corriente del cine francés de terror (Alta Tensión –Haute Tension, 2003-, Frontière(s) 2007), con el que Eden Lake comparte, sin duda, muchos de sus argumentos, tanto estéticos como de fondo.

"Eden Lake" sale victoriosa en aquel apartado que, una película de sus características, reclama con más fuerza: la creación de una atmósfera inquietante, tensa y realista; cuyos primeros síntomas de incomodidad y conflicto generacional –ver la estupenda escena del primer encuentro entre el protagonista y el grupo de jóvenes. Un roce aparentemente sin importancia, pero que sabe transmitir la inquietud de que algo terrible va a suceder- se ven aumentados en progresión geométrica a medida que avanza la trama, hasta convertirse en una vorágine de violencia descontrolada y crueldad sin límite.

(me limitare a no poner imágenes)

Pero lo realmente destacable de "Eden Lake" es que no se limita a sacudir conciencias a través de una espiral de situaciones que transmiten una intensidad y sadismo difíciles de soportar (algo a lo que sí se ceñía la estimulante Frontière(s)). Watkins se permite el lujo de introducir, sin demasiadas sutilezas, un cierto discurso social muy en boga en los tiempos que corren: el de una sociedad cada vez más entregada a la agresión y la violencia injustificada como único medio de expresión ante situaciones que perturban el estatus logrado por cada individuo o grupo de individuos. (una estupidez)

Así, los jóvenes acosadores de "Eden Lake", amparados en la fuerza y la confianza que les aporta el grupo, responden de manera hostil a la injerencia de un adulto –que les llama la atención por tener la música demasiado alta-, al que ven como una amenaza a su propia libertad y manera de entender la vida. El problema no es tanto que puedan tener una naturaleza agresiva (en realidad, el único que sí demuestra ser un auténtico psicópata es el cabecilla del grupo), sino el hecho de no encontrar otros mecanismos de defensa y expresión que no sean la barbarie y la violencia.



¿Y qué ocurre cuando comprobamos, estupefactos, que esa actitud hostil y agresiva tiene sus raíces en algunos de los pilares básicos de nuestra sociedad, como son la educación y la familia?

La respuesta de Eden Lake no puede ser más pesimista. La violencia engendra violencia. Y ante una sociedad predispuesta a la respuesta agresiva e intimidatoria, el futuro resulta muy incierto. Y si no, que se lo pregunten a la protagonista de la película.

En definitiva, "Eden Lake" es una estupenda película, a disfrutar tanto por aquéllos que simplemente buscan emociones fuertes (que las hay, y muchas. Eden Lake es la experiencia más intensa, brutal y salvaje.

Lo Mejor: La fuerza, crueldad e intensidad de la atmósfera que envuelve al film.

Lo Peor: Que alguien pueda –justificadamente- presentar algún reproche moral a la visión que da sobre la violencia.

Nota: **/100

Su Hija sube fotos provocatibas a myspace


Cuadro 1
Padre: ¡¿Te tomaste fotos provocativas y las publicaste en MySpace?!

Cuadro 2
Padre: ¡Es increíble Kayla!. ¿Acaso no sabes nada?

Cuadro 3
Padre: Ahora todos usan Facebook.
Madre: Y twitter.

XD

Gráfico de la Expectativa versus Realidad del estreno de varias películas



Matrix 2 igual fue buena
Piratas 2 fue mejor q la primera.
Avatar : pendiente aun

jueves, 7 de enero de 2010

Distric 9 + Futurama

No son bienvenidos los langostinos.
Lastima doctor Zoidberg.

El Primer Trailer de Spider-man 4


Literalmente es el primer trailer de Spider man 4
XD

Inflo demasiado a su cuñada


Esto se llama kedar sobre inflada.
Y aun asi...dimed...esta foto es casi inexplicable !!!!

Baños Japoneces con chicas de anime

al gusto de cada uno su eleccion :P

Aprender algunas cosas nunca esta de mas.

Buen WTF :)

FELIZ 2010!!!!!