sábado, 14 de noviembre de 2009

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Reseña: Feast 3: The Happy Finish

John Gulager me tuvo desconcertado durante un tiempo. En Feast 2: Sloopy Seconds llegué a creer que, sencillamente, había dado un paso en falso. Pensé que la responsabilidad de haberse desconectado de la trama principal de la historia (magníficamente planteada en la genial “Feast”) en favor de una sucesión de escenas extremas que no tenían un hilo conductor demasiado claro y que no tenía ni idea de hasta dónde me llevarían. Finalmente no me llevaron a ningún sitio, y lo único con lo que pude quedarme de Feast 2 fue, precisamente, con el divertimento de esas mismas escenas inconexas e incluso ilógicas, pero plagadas de sangre, tripas, y humor negro que salpicaban, sin ningún remordimiento por parte de Gulager, toda la película.

Pude entender los errores de Feast 2 (gracias a que, en definitiva, logré pasar un buen rato con sus ecenas salvajes) a la espera de que "Feast 3 The Happy Finish" profundizara algo más en la historia de los monstruos que acosaron primero la Beer Trap Tavern, para después sembrar el pánico en las calles de Smalltown.

Pero de nuevo (y ya van…) me equivocaba. Lo de "Feast 2: Sloopy Seconds" no tiene absolutamente nada que ver con un paso en falso por parte de Gulager. No se trata de que sacrificase la historia en favor de situaciones más o menos extremas; lo que sucede, en realidad, es que tras Feast, la saga, no hay historia alguna. Y "Feast 3 The Happy Finish" es la confirmación definitiva de que todos los que esperábamos de la saga una cierta continuidad argumental y una cierta lógica en todo lo que estaba a punto de suceder, cometíamos un terrible error.

"Feast 3 The Happy Finish" multiplica todos los aciertos/desaciertos de su predecesora: más muertes, más monstruos, más sangre, más vísceras, más escatología, más personajes estrafalarios,… más de todo. Gulager lo tiene muy claro y sabe que la saga no es más que una montaña rusa que siempre va hacia arriba y a toda velocidad

¿La historia? ¿el argumento? ¿la racionalidad? No existen. No las busquén en Feast 3.

Gulager vuelve a deleitarnos/aburrirnos con un tour de force atiborrado de momentos repugnantes, excesos gore, efluvios varios, humor cafre, y situaciones exageradamente extremas que desafían cualquier atisbo de razón.


Las novedades de "Feast 3 The Happy Finish" son escasas. Desde el punto de vista argumental prácticamente no existen. De nuevo retomamos a los protagonistas de "Feast 2" (los que lograron mantenerse en pie) en su continua lucha por sobrevivir a las constantes envestidas de los monstruos. En teoría, el objetivo final de todos ellos es lograr escapar del pueblo y dirigirse a la gran ciudad (que, por supuesto, seguimos sin tener ni idea de qué ciudad se trata); pero en realidad, su única meta en la película es la de sucumbir de la forma más desagradable, infecta, sangrienta e inverosímil a los ataques de las bestias.

Un par de personajes nuevos: un estúpido predicador que cree tener el poder de dominar la voluntad de los monstruos, y un joven experto en artes marciales llamado Jean-Claude Seagal –sic- que tiene en su haber algunas de las escenas más divertidas de la película.
Ninguno de los dos añade nada nuevo a la trama. Sencillamente entran a formar parte de la extravagante galería de personajes que deambulan por las calles de SmallTown empeñados en ingresar en la escala alimenticia de los monstruos.

También tenemos a un grupo de criaturas-zombie infectadas por la mordedura de los monstruos y deseosos de probar carne humana fresca; e incluso un nuevo héroe con un destino final ciertamente gracioso (aunque ya hubiéramos visto algo parecido en Feast.)

¿Y de los monstruos? ¿del origen de la amenaza? Pues prácticamente nada.

Poco más se puede añadir de "Feast 3 The Happy Finish". Me quedo con lo único que ofrece: una serie de escenas que logran ser divertidas (unas más que otras) por su exceso y exageración.
Por cierto, exceso por exceso, prefiero los de "Feast 2". Esta última entrega tiene el inconveniente de que gran parte de la acción sucede en el interior de unas cloacas y totalmente a oscuras, por lo que, en ocasiones, uno debe esforzarse para saber qué demonios está ocurriendo en pantalla. Por el contrario, en "Feast 2" todas las escenas de acción ocurrían a plena luz del día, algo que se agradece.
Fuera de estas escenas (entres las que destacan el destino final de Honey Pie y el del vendedor de coches)… el vacío más absoluto.

La prueba concluyente de que el director John Gulager no se toma nada en serio es el absurdo y surrealista final de la película (y, por extensión, de la saga). Y no me refiero al divertidísimo mariachi con tupé a lo Elvis Presley –genial-, sino a la forma en que muere la última de las víctimas de la película (en cuanto la vean sabrán de lo qué les hablo…).

A modo de conclusión decir que esperaba algo más de la saga. Quizá fui un ingenuo y me dejé llevar por las excelentes sensaciones que tuve con "Feast", la película que dio origen a la trilogía. Esperaba una historia de monstruos repleta de gore y humor negro, pero con cierta lógica y sensatez en su desarrollo, conceptos estos últimos inéditos en Feast 2 y Feast 3.

Aun así, no me arrepiento de haberlas visto, pase un buen momento y quizás algún día con un grupo de amigos las vuelva a ver.
Las recomiendo a gente de todos los criterios (sic).
Y a esperar una cuarta parte donde lo mas probable es q se sepa de donde carajos vienen estas criaturas.

Lo Mejor: Entretiene, y el destino de algunos personajes.

Lo Peor: Que sigue siendo lo mismo que la segunda parte y no aporta nada nuevo.

Nota: 66/100

Reseña: Feast 2: Sloopy Seconds

Poco ha tardado el bueno de John Gulager en ofrecernos la continuación de su estupenda “Feast”.
Bajo una misma base argumental (la de los monstruos salidos de quien valla a saber dónde, y dedicados a destrozar, fornicar y devorar a cualquier ser vivo –hombre o animal- que se les ponga por delante), Gulager tiene el talento y el acierto de construir una película de un tono radicalmente opuesto a su excelente antecesora.

“Feast 2: Sloopy Seconds” esconde un inmisericorde monumento a la miseria, estupidez y repulsión de la condición humana, forjado a través de unas escenas destinadas a reventar los límites de lo moral y lo políticamente correcto.
Así, escenas como la del bebé o la catapulta humana, nos hacen aborrecer la estupidez y la maldad innata del ser humano ante situaciones que superan su acomodado estatus en el mundo actual donde vivimos.

Los supervivientes de “Feast 2: Sloopy Seconds” se sienten presas, víctimas de una situación límite; y su respuesta natural es la de velar por su seguridad individual, sin que exista conciencia alguna de grupo, y dispuestos a sacrificar al prójimo para lograr su propia subsistencia.
Simplemente lo mas normal o lo que haría cualquier persona en una situación de aquellas.
Aun así es todo realmente tragable (no para todos) pero aun asi cumple con lo que quiere presentar, no pretende engañar a nadie, ni causar estragos o dejarte pensar en lo que viste.
Las criaturas, mas presentes físicamente que su antecesora, es agradecido, aun asi las estupideces que tenían los de la primera acá son exponenciales, aun así es intelectual de turno es realmente una bazofia.
Y los héroes cumplen su propósito.

En este sentido, Gulager baraja las cartas del exceso y la radicalidad más absoluta (más sangre, más vísceras, más muertes, más humor negro…), hasta el punto de que, en ocasiones, lo grotesco y reprobable de determinadas situaciones originan una cierta desconexión con la trama principal de la película. El devenir lógico de la historia se tambalea ante la aparición de determinados tour de force que parecen destinados únicamente a superar, con creces, el impacto del film original.

Las comparaciones entre ambas películas son inevitables, y “Feast 2: Sloopy Seconds” sale claramente perjudicada. Sin embargo, el esfuerzo del director por servirnos un producto tan distinto al original, nos empuja a considerar cualquier comparación como injusta, y a disfrutar de los excesos de “Feast 2: Sloopy Seconds” sin pensar demasiado en lo que pudo ser y finalmente no fue.

Lo Mejor: Aparecen mas las criaturas, mas gore, y divercion desquisiada y cruel.

Lo Peor: Algunas escenas que realmente dan ganas de adelantar , y que la historia no te tenga pendiente de los echos.

Nota: 77/100

Reseña: Feast


"Desde que tengo uso de verdadera razón, y desde que me gustan y disfruto de las películas, aun mas del genero en que se presenta en esta pagina, que me preguntaba cuando seria el día en que vería una película que me dejara una sensación de quiero volver a verla, es excelente.
Aquello ocurrió cuando vi esta película: Feast"

"Llamada perdida", "The eye", "Shutter", "Pulse", "Mirrows" ..., los títulos de las películas antes mencionadas fueron lo primero que pensé al terminar de ver “Feast”. Todas ellas remakes norteamericanos -la mayoría de películas asiáticas- que han llegado puntualmente a las salas de cine con bombos y platillos, con grandes expectativas para los incautos.

Y todas ellas, sin excepción, una absoluta decepción debido a su tajante incapacidad de aportar nada novedoso respecto a la película original en las que se basaban.
Series A, con actores más o menos reconocidos y populares, y con presupuestos realmente estratosféricos, inversamente proporcionales al interés que puedan despertar en un buen aficionado al género.

¿Y porqué pensar en dichos títulos tras disfrutar sin complejos de una propuesta de auténtica y desquiciada serie B como es "Feast"? La respuesta es demasiado evidente como para extenderme en el tema.
Tan solo pensar en el dinero invertido en pérdidas de tiempo como "The eye" o "Pulse", sin tan siquiera tener la posibilidad de disfrutar en pantalla grande de una película como "Feast", me obliga a replantearme, que cada vez se esta malgastando mas el tiempo de uno y dinero.


Pero lo que realmente importa, "Feast" supone el inesperado debut en la dirección de John Gulager, un tipo que ganó un concurso de talentos auspiciado por Matt Damon y Ben Affleck, y cuyo premio fue tener la posibilidad de regalarnos esta fabulosa muestra de la mejor serie B terrorífica y excelentemente desquiciada, construida a partir de un argumento poco original como un genialmente desarrollado guion, sustentada en un sano y negrísimo sentido del humor, un ritmo endiablado que no te deja ni un solo instante para tomar aire y, sobre todo, con una increíble capacidad de entretener y divertir en cada una de las, en ocasiones absurdas, situaciones en las que se ven inmersos los protagonistas de la película.

El trabajo de los actores, conscientes en todo momento del tono autoparódico del asunto en el que andan metidos, es irreprochable.
Y la presentación de cada uno memorable.

Los efectos especiales y de maquillaje cumplen a la perfección con su cometido, el de superar, en todo momento, las limitaciones presupuestarias del proyecto. Cabe destacar el excelente trabajo realizado con los monstruos, mucho más auténticos y aterradores que los de, por ejemplo, "Soy Leyenda" ("I'm a legend", 2007) -y, probablemente, costando una centésima parte de los que costaron éstos últimos-.
Incluso los amantes del gore tienen garantizada una excelente ración de sangre gracias a las salvajes embestidas y ataques de las hambrientas criaturas que, desde el primer momento, dejan muy claro que nadie está a salvo dentro del local, ni supuestos heroes, ni jovenzuelos preadolescentes, ni discapacitados en silla de ruedas.

En definitiva, un cóctel referencial, sin atisbo de originalidad, pero que nos devuelve el mejor espíritu de la serie B más desvergonzada, ruidosa, despiadada, entretenida, brutal, y a la vez chistosa y agradable.
Que aun así deja frescura y esperanza de que no todo esta perdido en este mundo donde solo el poner las lukas y contratar rostros bonitos es lo importante.

Lo Mejor: Lo divertida que es, su aire de frescura, no aburre.

Lo Peor: Que se hace muy corta.

Nota: 98/100

viernes, 13 de noviembre de 2009

Reseña: Repo The Genetic Opera


Me he pasado demasiado tiempo solicitando ideas frescas y planteamientos originales que lograran dar un vuelco al actual estado del género. (cuando estaba a la espera de ver esta pelicula hace algún tiempo atrás.)
Demasiado tiempo malviviendo a base de secuelas, remakes o propuestas que jamás lograban despertar sensaciones inéditas.
Las excepciones son pocas. Cada año se pueden contar con los dedos de una sola mano las películas ante las cuales reaccionamos con entusiasmo por tratarse de propuestas innovadoras, nunca vistas con anterioridad.

Y ahora nos llega “Repo! The Genetic Opera”, el musical de horror-gótico-futurista (menuda definición... aunque aseguro que “Repo” tiene más de musical que de ninguna otra cosa), dirigido por Darren Lynn Bousmann (Saw II, III y IV), para mostrarnos que no todo está perdido, y que proyectos radicalmente novedosos e insólitos tienen su lugar en el vigente panorama del horror moderno.

Probablemente los quince primeros minutos de metraje serán suficientes para que cualquiera se haga una idea muy clara sobre si “Repo” es, o no es, la película que estaban esperando.

Quince minutos son suficientes para darnos cuenta de que la revolución visual y estética que prometía “Repo” se queda, prácticamente, en nada. O en muy poca cosa. Unos planos generales que nos remiten –lejanamente- al universo creado por Ridley Scott en "Blade Runner", y unos interiores deudores de la estética de videoclip de cualquier grupo de rock-gótico que triunfe actualmente en la MTV. (wa-the)
No busquéis en “Repo” un concepto visual innovador o transgresor. No lo tiene.

“Repo” es visualmente correcta y efectista, siempre a la altura de lo requerido por la historia que se nos cuenta. Pero, ciertamente, sus imágenes están lejos de suponer la revolución, en este aspecto, que muchos esperábamos (posiblemente, las restricciones presupuestarias a las que se ha visto sometido Darren Lynn Bousman, han acabado haciendo mella en el resultado final de la película).

Quince minutos son suficientes para darnos cuenta del aluvión de números musicales que se nos viene encima. Es absurdo pensar que todos estarán al mismo nivel. Cómo ocurre en cualquier otro musical, “Repo” tiene marcados altibajos que vienen definidos por la fuerza de sus números musicales. Frente a contundentes y conmovedoras escenas como la de “I’m infected”, tenemos otras mucho más convencionales y rutinarias que entorpecen el ritmo de la película.

Quince minutos bastan para comprobar que la historia que nos cuenta “Repo”, es demasiado pobre y que no da para muchas alegrías. Un cocktail de odios, venganzas, y secretos de familia que, perfectamente, podrían formar parte de cualquier folletín de sobremesa. Pronto tenemos la sensación de que, entre tanto número musical, la historia no avanza o, por lo menos, no lo hace con la fluidez necesaria.
Con todo esto, ¿cuál fue mi reacción pasados los primeros quince minutos de película? Pues seguí pegado a la pantalla y me dejé llevar por el universo oscuro, trágico, radical, excéntrico, gótico, sangriento, musical y plagado de maravillosos personajes secundarios que nos ofrece “Repo The Genetic Opera”.

Su empaque visual no es todo lo esplendoroso que debería haber sido, la historia no da para casi cien minutos de película, y algún que otro numerito musical se te acaba atragantando... pero, ¡qué demonios!, cuántas veces tendremos la oportunidad de disfrutar de una ópera rock sangrienta tan original como esta, que simplemente trata de mostrar algo diferente a lo ya exhibido en cuanta basura hay.

Pese a sus múltiples carencias, “Repo” es demasiado innovadora para no recomendarla. No es un plato para todos los gustos y, seguramente, muchos de ustedes tomaran la opción de abandonar a los dichosos quince minutos; pero, en cualquier caso, vale la pena el riesgo. Yo, repetiré...quizás algún día.

*Por cierto, debemos esperar más de quince minutos para averiguar que “Repo” sea, quizás, la única película, de todas las posibles, en la que París Hilton no desentone en absoluto.

Lo Mejor: La nueva apuesta que presenta

Lo peor: Que es dificil de comprenderla y aceptar como esta echa

Nota: 78/100

Reseña: Teeth

Que tal un juego de observación.

Justo encima hay tres posters que hacen referencia a la película "Teeth". El primero por la izquierda es un sensacional trabajo (sin duda el mejor de los tres) que finalmente fue censurado en los USA (fuk).
El segundo bien podría transmitirnos la idea de que estamos ante una desenfrenada comedia juvenil con abundantes escenas de sexo ingenuo y festivo (al estilo de cualquier estúpida secuela de American Pie) y, finalmente,

El tercer póster nos remite a una película más cercana al género de terror adolescente.
Ciertamente es complicado ubicar "Teeth" dentro de un género concreto (aunque personalmente creo que tampoco hay una gran necesidad de hacerlo…), razón por la que, posiblemente, una buena parte de su público no habrá podido evitar cierto desconcierto a la hora de asimilar lo que se les venía encima. Sobre todo aquellos que esperaban de Teeth una típica comedia juvenil alocada , zafia, estupida y desvergonzada.

A mi me gustaría definirla como una sutil y moralmente confusa comedia juvenil de horror fálico. Intentaré explicarlo (hay que ver de qué manera me gusta complicarme la existencia).


Mitchell Lichtenstein, director y guionista de "Teeth", nos presenta la historia de Dawn, una joven de fuertes convicciones católicas que le llevan a ser portavoz de una campaña de abstinencia sexual por los colegios de la zona, y que descubre, tras su fallida primera experiencia con el sexo opuesto, el terrible secreto que guarda en el interior de su propio cuerpo.

Sin duda, el punto de partida es de esos que por su originalidad y el morbo que despierta, es capaz de despertar la curiosidad de un amplísimo abanico de potenciales espectadores. Y cuidado, cuando afirmo que Teeth es una apuesta original no estoy diciendo que sea innovadora, para nada. Pero creo que nombrar un par de títulos asiáticos semidesconocidos que tengan de protagonista a una chica con problemas similares a los de Dawn, es un ejercicio de innecesaria autocomplacencia que, seguramente, no tendrá ningún interés para todos aquellos que decidan acercarse a la película.


Lo que sorprende en un primer instante es el tratamiento reposado, tranquilo, contemplativo o, porqué no decirlo, lento (aunque igual casi acertado, en mi opinión), que Lichtenstein le otorga a la primera mitad de la película, en la que la presentación del personaje principal –la encantadora y angelical Dawn- y de todo el entorno de estricto conservadurismo que le rodea, supone una evidente crítica al puritanismo, al excesivo fervor religioso, y a la doble moral que siempre han caracterizado a la sociedad norteamericana en cuestiones de sexo.

Teeth no busca en ningún momento la carcajada sonora (aunque a su servidor le arranco alguna que otra), sino que apuesta por lograr una sonrisa cómplice del espectador a medida que este vaya desgranando, poco a poco y sin demasiados sobresaltos –por el momento-, el contenido de denuncia social y el discurso moral algo equívoco que esconden sus imágenes.

Es una comedia en la que hay que prestar mucha atención a los detalles (y a esto me refería cuando hablaba de sutileza). Algunos de los diálogos que contiene la película son una auténtica delicia (ver en este sentido la clase sobre serpientes de cascabel), y detalles como el de las calles repletas de vallas publicitarias alusivas al sexo, o esos maravillosos slogans que adornan las camisetas de la protagonista –y de sus amigos-, van calando y configurando, sin prisas, una inteligente y sarcástica propuesta menos blanca y más punzante de lo que, a priori, podríamos pensar.

También he afirmado que resulta “moralmente confusa”. Y así es. Lo que en principio parece un claro ataque frontal al puritanismo y a la represión sexual, finalmente deriva en una especie de defensa encubierta del amor sincero, puro y honesto cuando se da a entender que estos sentimientos son los únicos que pueden hacer frente y resistir, con ciertas garantías, a los envites del cruel asesino que habita en el interior de Dawn.
Por no hablar de la situación en que deja a la gran mayoría de ejemplares masculinos que hacen acto de presencia en la película (a excepción del padre). Todo espécimen masculino es susceptible de ser una auténtico cabronazo, violador, obsceno e indecente, cuya única finalidad es la de agredir con su pene a la casta e inocente Dawn. Se acabaron las sutilezas...

El castigo que les espera a todos ellos es simplemente ejemplar.

Y con el término "castigo" en mente, enlazo con la última parte de la definición de "Teeth": una película de "Horror Fálico". Es el momento de olvidarse de todos esos discursos morales y críticas encubiertas a las que hacía referencia (prescindiendo de todos ellos, la propuesta sigue siendo plenamente disfrutable), y prepararse para disfrutar de las sangrientas y dolorosas salvajadas cometidas por una Dawn convertida en la más dulce y vengativa de las castradoras, y dispuesta a poner en su sitio a todo ejemplar masculino que se le ponga por delante.

Llegados a este punto, Lichtenstein se destapa con una serie de escenas de lo más explícitas y bizarras, salpicadas con generosas dosis de gore (aunque sin exagerar), y que logran, con creces, su principal objetivo: que la totalidad del género masculino cierre sus piernas y emita un casi inaudible gemido (y no precisamente un gemido de placer. Especial atención la terrible y divertida escena protagonizada por un ginecólogo que, sin duda, tuvo mejores días en su consulta).

Cuando Dawn deja salir su ira, la cosa se pone realmente fea y dolorosa para todos aquellos que, en alguna ocasión, nos hemos sentido orgullosos de nuestro pene.

"Teeth" posiblemente sufra los problemas propios de un proyecto al que es muy complicado ubicar en un género específico. No es ni la típica comedia adolescente de horror, ni tampoco la orgía gore que quizás muchos esperaban.
En su lugar tenemos una película repleta de ironía, crítica, sexy (gracias al buen trabajo de la actriz protagonista), algo confusa en sus planteamientos de fondo, salvaje y sangrienta en la justa medida, y deliciosamente divertida. Una pequeña joya independiente a descubrir.

Lo Mejor: Como esta tratado el ambiente de la pelicula con su sutilesa y demas aderesos.

Lo Peor: Que puede ser en algunos momentos lenta.

Nota: 69/100